7/07/2011

Unas Semis Dignas De Final

El día de hoy se jugaron las semifinales del mundial sub-17 de la especialidad con sede en México, estos dos encuentros nos dejaron un par de finalistas a mi parecer mas que merecidos. Empezamos con el primer partido: Uruguay vs Brasil a las 15:00 hora local del centro de México; no haré una crónica sobre lo sucedido en ambos partidos, solamente daré un punto de vista hasta cierto punto táctico y un pequeño análisis del encuentro.
La Canarinha sean selecciones menores o la mayor siempre es favorito desde antes de comenzados los torneos, está vez no era la excepción, Brasil era el favorito de todo el público jalisciense que asistió al estadio, así como de la mayoría de telespectadores. Desde el primer minuto Brasil nunca tuvo un buen parado en el campo, cada quien jugaba a lo quería y no se encontraban, tuvieron varias oportunidades, pero fue de esas veces donde por lo que sea, el balón nunca tocara el fondo de las redes. Uruguay siempre se vio motivado, yendo hacía el frente, jugando con la desesperación brasileña, anotando cuando se debía; ni siquiera en los últimos minutos se vio a un Brasil que subiera con todo a buscar el gol, seguían tocando con el portero, erraban pases, siempre queriendo gambetear; sin una idea. Es un gran triunfo de La Garrita Charrúa sobre el favorito, supieron trabajar su partido; mas que merecido su pase a la final. Felicidades a Uruguay!


Aquí en México es por todos sabido que los intereses monetarios casi, si no es que siempre rebasan a los intereses y objetivos deportivos, ya en mas de un mundial nos han ofrecido gloria y no nos dan mas que palos, pero eso queda para después. Las selecciones menores, especialmente sub-17 tienen un trabajo pulcro (en el aspecto de que no hay intromisión de las mafias federativas). En el 2005 se logró el primer campeonato sub-17 en Perú, hoy con el mundial en casa se esperaba seguir el camino para repetirla, pero enfrente había un obstáculo muy difícil de sortear: Alemania.
La Mannschaft siempre se ha caracterizado por su precisión, orden táctico y gran disciplina. Así se demostró en el campo que fue testigo de una batalla a muerte, de las que solo se narran en los libros de historia. Fueron 90 de ida y vuelta. Con un 2-1 favorable a los teutones. El publico que apoyaba a ambos bandos pasó de la alegria, al llanto y literalmente a la sangre. El joven atacante azteca Julio Gómez intentó rematar a segundo poste lo que fue un gol olímpico de su compañero, esta acción logró el empate y un choque de cabezas tremendo contra el atacante germano Yesil, siendo el mexicano quien se llevara la peor parte; con una abertura craneal y hemorragia considerable.


Los médicos lo vendaron de una manera que cualquier sultán o el mismo Tutankamón envidiarían. Ya fuera del campo, la gente empezaba a corear su nombre; Gómez cubierto de sangre y orgullo regresaba al campo; al 89' el mismo Gómez con todo el coraje y el corazón ganador clava un golazo de chilena, no importando su herida, no importando nada, cual niño tirando chilenas en su jardín. Fue así como la noche, sus compañeros y el estadio se rendían ante el, el joven del cual deberían de aprender los astros del fútbol mundial, que los partidos son para ponerles huevos y no rendirse ante nada, de dejar atrás el derrotismo, de siempre ver hacía arriba. Julio, México hoy te da las gracias por tu coraje y entrega.




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